Descarga (Número 956)


Triste guasa,

en esta situación,

impresionante,

el amor, el de antes

se fue y no vino,

se lo llevó, el agua,

de un frío río.

Desembocó,

en un mar vespertino,

se puso turbio.

Los peces del fondo del mar,

se asustaron.

Los delfines,

se quedaron quietos.

Y, la ballena, no creyó

lo que le dijeron,

siguió en su loco zoco.

Las turbulencias

se hicieron raudas, veloces.

Las estolas de las nutrias marinas,

dejaron de moverse,

¡no son como antes!

les llegó la tristeza,

frente a la cruda realidad

de un manto de caídas hojas,

en mi corazón,

que, ya, no te toca,

entre las sábanas muertas,

de mi cama vacía

y de mi vida loca.

Para saber más:

Vista cancerpoemas.art.blog

Vista diccionarioderimas.video.blog

Vista poemasdemercedes.com




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