Setefilla (Número 948)


En mi balcón,

atada con fuerte nudo,

desde abajo, te saludo.

Tu cara serrana,

la miro, con ganas.

Tu manto celestial,

rojo y grana,

verde terciopelo,

caído del cielo.

En esta tierra soñada,

en la vega del sur,

siento tu cobijo,

entre las costuras de mi alma

y, ante los peligros,

me subo, con tu energía blanca.

Tu rostro, me acompaña,

por esta Lora encantada.

Virgen de Setefilla,

tu protección, a mi lado.

En estos años, tan malos,

no me sueltes de tus manos.

Bajo tu manto, mi canto

y, junto a ti, mi amparo.




A %d blogueros les gusta esto: