¿Qué es la vida
sino movimiento?
¡Algo se mueve!
¡Tene vida por dentro!
¡Corre! ¡Salta! ¡Vuela!
Y, después, descansa,
en la espesa bravura,
de un movimiento lento
que me colma de placeres,
en la inmensidad del viento.
Y una voz, detrás de mi oído,
por la espalda,
se mete en mi sentido;
su movimiento castizo
me inunda,
cual corredor caballo,
cual amor castrense,
en las intensidades,
de esta tierra bella,
brava y caliente,
cuales claves dicotómicas
de una llegada presente,
en las vísperas,
de una lenta muerte,
para, después, dejar de moverse,
tras las carreras, omnipresentes,
de mis años de gradientes.
¡Años y años moviéndome!
Gracias vida por no esconderte
y, dedicarme, tus grandes meneos,
en la playa, en la fuente,
en el suelo, en el mar,
en la vereda caliente…