Ruidoso ruido,
a las once de la mañana,
en este círculo reducido
de pesadumbre.
Pocas ganas,
los amantes no se aman.
El triste orgullo
no les abres sus ganas.
El desaire,
las peleas, las rutinas,
se han puesto, a bailar,
delante de ellos.
Ruidoso ruido,
en unas mentes, gastadas,
por el paso de la vida.
Ruidoso ruido,
en unos cuerpos, cansados,
por el trabajo diario.
Ruidoso ruido,
en unas manos secas,
por un gramo de sal
que te quema,
en las sin razones,
de una loca huida.
Ruidoso ruido,
el hombre llegó,
vendiendo,
su torre de música.
Nadie le hizo caso,
no tomaron las medidas.
Y, ahora, después del ruido,
se oye el llanto partido.
Ruidoso ruido.
Alquimia poemas andaluces. Mercedes Luque Navarro. 
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