En el soberao,
está, mi trina trina…
la canción especial,
de una vida entera.
Te la cantaré, ahora,
que duermes a mi vera.
¡Cómo me gusta
abrazar tu pecho!
¡Hundirme en tu madriguera!
Con las pocas cosas,
que nos entretienen,
por este camino angosto.
Pincel en mano,
entre tus ojos, lumbreras,
de una noche de idilio,
en toda su compostura.
Abiertas,
nuestras comisuras,
dándonos entrega,
con los besos de ahora,
con los de antes.
Te doy mi amor,
¡la vida del amor!
entre las costuras,
de tu alma nueva,
cogida, con imperdibles,
antes que desaparezca.
Sonriendo para que, tú,
me veas.