Sin tensiones,
en cualquier lugar tranquilo,
donde, lo blanco y pausado,
me aguarde con mimo,
entre las plantas frescas
del jardín de tu olimpo,
entre tus casualidades amorosas
que me alzan,
con el estribillo,
de una batalla ganada.
Buena lista
en mis papeles en blanco,
custodia de mis caprichos santos,
por la ranura de tu alma,
dentro de mí,
las has colocado,
con un palo pequeño,
en el teatro de tu errante vida,
dándome tu mano en cada huída,
sobrepasando,
mis limadas costuras.
Mi alma te lo gratifica,
tanto amor verdadero,
entre los mejores latidos,
de tu alma vencida.
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