Aire, luz, cordura,
entre las costuras,
de mi alma rota
y, de mi corazón,
pendiente de un hilo invisible.
Todos, ajenos,
al temblor de mi espíritu,
¡ingratitud de una vida dura!
Relámpago en mi cuerpo,
matando, mis alegrías.
Mis cosas buenas,
¡amargas!
El miedo, me recorre,
cual espejo de gatillos.
¡Pistoletazo!
¡Regueros de sangre!
Mis latidos, ¡en ascenso!
Mi corazón, ¡en detrimento!
Pulcritud,
despiece de tantos lamentos,
en los días, tan malos,
que me van viniendo.
El descanso y la suerte
se me desviaron,
entre los campos salados,
de un lejano asfalto.
Y, entre mis manos,
esfumado, el humo,
de un acabado cigarro…
consumido…
😘😘😘