Dolores desordenados
en mi cuerpo deteriorado.
Granos insuficientes
de una cura lenta.
Temblique de una patraña nueva,
escaramuzas en una cuna de oro.
Extraños somos, tú y yo,
en este desolado momento,
con luciérnagas.
Extraños somos, tú y yo,
en este poderoso cartel,
que nos hace, ver la vida,
con espanto.
En tus ojos, lo llevas,
el trato de una vida no serena.
Aterrador momento,
con las patrañas borrascosas
de una vida,
con sapos mirándome;
guiños en sus ojos,
en la vida todo fluye,
un rango pasado,
otro de camino
entre los menhires,
de una tormentosa cadena,
de intrigantes muertos pálidos,
a la sombra de aquel árbol.
Fotografía Pexels
Pingback: Menhir (Número 762) – cancerpoemas