Y ¿por qué, tu gruta,
se ha vuelto, infranqueable,
a todas las llamadas de mi parte?
Y, el enorme dolor,
agranda la caverna de mi corazón,
hasta se me abre,
con la fuerza, de una galaxia entera,
para acercarme a tu vera.
Y, este bing bang de mi corazón,
me sorprende con extremada fuerza,
la guardo, por tu amor,
durante mi vida entera…
Y ¡qué tremendo dolor
me llevaré cuando muera!
Y, en mi nuevo amanecer,
te llamaré, ¡repleta de vítores!
Seré… ¡carcelera de tu amor!
Y, con mi alma en la mano,
te daré mi verdad,
un «te quiero libre» se abrirá, para ti, desde la gruta de mi corazón,
para darte mi bendición.
1 comentario en “Bendiciones (Número 742)”