No te cambio por nada,
nadie más que yo,
conoce tu entraña.
Al final de los días,
al comienzo de las noches,
te pones cerca de mí
para que yo te toque.
Se te nubla la mirada,
el corazón se te encoje,
en tu boca mil sabores.
Dentro de nuestro mundo
los cohetes se disparan,
explosiones, colores, fuego,
torpedos enteros,
por nuestros encuentros,
en esta fase primordial,
en la que tú y yo nos queremos.
Tú me abrazas,
yo te beso y, nuestra vida
nos pone, enfrente del universo,
somos estrellas fugaces,
en el azul de este cielo.
0 comments on “Azul cielo (Número 736)”