Mi polvo reticular
asoma, por mi entrecejo,
para contarte,
el amor que tengo por ti.
No te desvaloro,
a pesar,
de tu mala gestión,
a pesar,
de tus inusuales camicaces.
¡Me aprecias!
fruto, de tu cuento
de piedras extrañas,
alimento,
para el sesenta por ciento,
de una luminaria madriguera,
de tipos solidificados,
en la interacción de actos
damnificados,
entre tu esfera y mi esfera.
Portento de tu adversidad,
en mi certera camada,
de infringidos gestos.
Crónicas de Madagascar
entre tus lomas y la mías,
nos aislan, de la temperatura,
de un lunes invernal.
Fogosa yo,
tú,
en este monumental enfrentamiento,
voluptuoso.
Reimos juntos,
me acercas tus manos.
Malcriada niña se avecina,
tras esos pasos,
abnegados de soles,
regados de petunias.
🥰😍😍