Intruso un virus en la capital,
su expansión da un miedo de muerte,
redoble de contagios, mala suerte,
siembra terror su paso magistral.
En los ancianos, un mal infernal,
un mundo de llanto, el hombre inerte,
hiriente hasta para el más fuerte,
sin precedentes, en muchos, letal.
La desgracia ha llamado a la puerta.
tampoco escapan ricos y pudientes,
entre sandeces, el humano alerta.
Iguala las masas preexistentes,
enfrente, la población inexperta,
dando luz a todos los combatientes.

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