Hoy, dieciséis de febrero,
las margaritas,
adornan el campo;
blancas, amarillas,
regueros enteros,
con esta maravilla.
Voy, de camino,
a una bonita ciudad:
¡preciosa Sevilla!
¡a la orilla del Guadalquivir!
El campo, me avisa,
de la belleza andaluza,
en su porción más grande.
Trozos y trozos
de tesoros naturales,
marcando, el camino,
a esta ciudad encantada,
con duendes flamencos
que se acicalan,
con flores y con lunares,
para hacerme, novia,
del cielo.
Y, desde allí,
sus valiosas joyas,
bajo mi sombra.
¡Viva Sevilla! ¡Viva Sevilla!
¡Embrujo de ciudad!
¡Qué más te voy a contar!
Esta sensación,
para vivirla,
¡y «na más»!
🥰🥰🥰