En urgencias (Número 652)


Calor,

en este espacio reducido,

luz artificial,

voces extrañas,

caras irreconocibles,

unas tras otras,

desfilan por donde estoy.

Tantas horas,

con ruidos extraños,

botes con líquido blanco,

gomas transparentes,

en los brazos de la gente.

Caras desanimadas,

otras, en cambio, de paso,

simplemente un rato

y ¡listo! adiós, a este lugar

de espanto.

Nombres, números…

¡todos sonando!

A la espera del mío,

horas y horas,

una silla de ruedas,

una camilla,

un grito,

una bata blanca

y la desolación de tantos,

aquí, postrados,

entre sábanas blancas,

pidiendo un milagro.

Este techo es tan bajo,

¡qué agobio!

Paredes y puertas,

celestes y blancas

¡qué poco espacio libre!

Todo, se ha ido llenando,

en las ocho horas,

que, yo, llevo esperando.

😘😘😘




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