La vida ¡qué valiosa!
cada día, mis ojos,
de celebración.
Estoy viva,
en este maravilloso lugar,
en esta bella naturaleza,
¡qué bonito lo veo todo!
Un color, verde hierba,
clareado,
por esas gotitas de escarcha
que, aún, quedan,
en el huerto,
de mi hermano.
Me llegan, los rayos de sol,
¡qué bonito regalo!
¡merece la pena vivir!
Delante de mí,
¡qué gran espectáculo!
Y, en este puente,
para ir a verte,
acompañada de bellos seres:
mi perro fiel,
mi exuberante loro,
mi gato Isidoro,
perlas de la naturaleza,
cultivadas,
¡mis grandes estrellas!
¿quién me las quiere quitar?
¡nadie! el firmamento,
me las regala,
¡qué milagro!
Si, tú, cantas, en Nochebuena,
yo, canto, en Navidad,
a la luz de las velas,
con los madroños del besar;
besos, entre tú y yo.
Y, encima de la mesa,
esa varita de nardo
que tanto me gusta,
al estilo de Gardel,
me lo regalaste ayer,
mi lujoso doncel.
No te me pongas triste,
las penas y el dolor,
parte de la vida son.
¡Llénate de amor!
Coge mi bendición
y, espérame, alegre.
Ni tan siquiera, ahora,
debes entristecerte.
Sigues aquí
y, eso, una victoria;
un motivo, suficiente,
para el canto.
Y, con tu gloria,
incandescente, paseas,
por el camino de la vida,
al lado mía, ¡conmigo!
😘😘😘😘