Me agarro, a tu cintura,
con un cordón,
blanco de luna,
sinónimo de tu poderío,
desde la siega,
en aquel verano,
en el que hicimos el amor,
en el pajar del heraldo Manuel.
Siempre lo recordaré,
al abrir, aquella puerta,
de madera hinchada
y exhortar, delante de mis ojos,
como si, yo, no te amara
y, fuese, una mala mujer.
Y, al estar contigo,
a la luz de aquel candil,
(lucerna oleum)
besándote como te besé,
con el fuego, en mis labios,
con mi piel, ardiendo,
con mi corazón, temblando,
con mis manos, sudando,
tú, cambiaste de parecer.
Tanto te amé,
que, después, de muerta,
aún, hoy, escucho tu nombre.
Y, tus recuerdos,
no se me encogen
y, mi sudorosa piel,
porta tu aroma,
como si fuese, ahora mismo,
amor mío.
Y estoy, a punto,
de correr hacia el río,
buscándote, perdida…
con una piedra en mi mano,
donde he grabado tus iniciales,
(initial tuum)
con los arañazos, de mi alma,
que por tu amor, quedó,
con esta dura marca.
😘🥰🥰
diccionarioderimas.video.blog
cancerpoemas.art.blog
poemasdemercedes.com
https://www.safecreative.org/work/1909221990598-candil-numero-551