Majestad,
tu nicho vacío
y, casi todos,
te veneran,
como si, tu cuerpo,
ahí permaneciera.
¡Montón de huesos!
¡Tu carabela!
¡Tu cráneo yacente!
¡Tu fémur! ¡Tu cadera!
¡Ay ! si ellos supieran…
Majestad, Tú, ahí, no estás.
Eso fue, para ti,
una cosa de paso,
una nada en la tierra,
un filtro de humanos,
un terraplén de artesanos,
un lúgubre y solitario descanso
desde donde, Tú, partiste
a tu paraíso santo.
Majestad,
algunos, ahí,
te siguen adorando.
¡Ay! si ellos supieran…
que, Tú, por los aires vuelas
¡corcel dorado!
¡unicornio sagrado!
invisible, al humano,
¡con sus vidas acaloradas!
¡con sus locuras desenfrenadas!
¡iconos materialistas!
¡hombres con poca vista,
con ganas,
de una cintura de avispa!
¡nada de hormigas!
¡cigarras…!
¡pasando el día sobados!
¡engreídos orgullosos!
¡despistados!
La mala algarabía,
los encierra,
en una bola hermética,
¡solos con sus contrabandos!
¡infieles a sus hermanos!
¡charlatanes ensimismados!
El barullo hipnotizador
de la tierra,
así los tiene.
Y, Tú, Majestad,
¡sabes lo que ellos engendran!
¡vacío en sus almas!
¡no se ayudan!
¡vaya razas!
si una culpa a la una,
la otra, se sacude las pulgas,
¡enemistad recíproca!
¡cúter en sus manos!
¡se hacen daño!
¡no se miran en sus hermanos!
La frente, muy dura,
el corazón, hecho mármol.
Y, dicen, que tienen fe
mas, su fe, ¡hueca!
una fe, ¡sin obras!
una fe, ¡muerta!
una fe, ¡vana!
¡que se dejen de concupiscencias!
Non sum qualis eran.
(No soy quien era antes)
😘😘😘😘
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