Intento,
con el limbo de mi mente,
surfear, por tu cuerpo ausente,
ese mismo, tan indiferente,
que, con sus arañazos,
me somete a mi carga,
cualesquiera, incorporar,
congruentes razones,
vitoreando, sin la rabia rapiña,
de un juego de niñas,
sin princesas,
sin bellas durmientes
y, con el vuelo, en una vida loca,
de guerrera solitaria,
sombreando, mi cuerpo,
en las riberas, fronteras,
de nubes norteñas
que, asoman,
con sus haces de agua,
para despejar mi mente,
para dar marcha atrás,
y para no sufrir más,
amor mío.
¡Se abre el telón!
¡Ahora mismo!