Niño bueno (Número 362)


Reiterativo te veo,

siempre en tus creces,

sin ni siquiera,

preguntarme cómo sigo.

¡Negación de todo lo mío!

¡Ausencia, de tu alma,

en mi vida!

Extraños tú y yo;

esta rareza,

¡sorpresa de mi vida!

¡no me la esperaba!

Sencillamente, a esto,

¡un no rotundo,

hubiese dado,

cuando me amabas!

Hoy, tu indiferencia,

hace que me suba

por las paredes.

Ni tu temperamento

de niño bueno,

hace que, te intereses por mí,

en estos momentos de dolor;

un dolor físico

que me mata

y que, me ata, a una cama,

a unos metros cuadrados,

donde vivo desesperada,

sin salir, al sol, cada mañana.

Sigo esperando tu llamada,

«niño bueno».

(Puer bonus).

Para saber más:

Vista cancerpoemas.art.blog

Vista diccionarioderimas.video.blog

Vista poemasdemercedes.com

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