Piloto mi nave invisible,
me lleva,
en mis sueños,
hacia ti,
con una cabellera negra,
con el rasgado,
de un suero blanco,
enseñándome,
el desamor de tu corazón.
Empecinado,
una y otra vez, a un no.
Y, mis sueños,
se convierten,
en una pesadilla,
sin solución.
Cada noche,
mi sueño repetitivo.
No puedo abrir mis ojos,
hacia una nueva vida;
esa vida que me espera,
en el andén,
de alguna estación.
Misteriosas paradas,
en mi cama,
para desafiar a tu amor.
Tanto dolor paso,
desde un andén a otro
y seguro que, tú,
has cogido otro tren.
Te fuiste, te perdí…