Muy tuna la muerte (Número 326)


Y, en la alacena de mi vida,

vivencias de una negra penumbra,

se me pone delante una muerte

estúpida.

Quiere burlarse de mí

y me dice que, frente a ella,

nada tengo que hacer.

La carne se me pone de gallina,

rechinan mis dientes,

ella, la muy tuna,

susurra en mi oído:

«feliz cumpleaños

del día de tu muerte».

Yo frunzo mis cejas

mas no agacho mi cabeza.

La miro desafiante,

cojo impulso hacia delante,

me monto encima de ella,

y ¡sí! con un puñal,

hecho con mis ganas de vida,

le retuerzo sus manos,

le quito su guadaña,

la giro hacia mí

y le digo estas palabras:

«te dejo tiesa» «indefensa»

«te desafío»

«lo nuestro será un duelo»

«un duelo sin armas»

«un duelo de tú a tú»

«de corazón a corazón»

Ella, por el temor al amor,

se da por vencida,

se da la vuelta,

agacha su cabeza.

Y, desaparece,

sin llevarse su guadaña.

Quizás, otro día,

vuelva a por ella.

(lo recordará, seguramente).




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