Horas interminables,
con la espera,
de una llamada
que no quiero que llegue.
Una mala noticia,
quizás, cambie mi vida,
en un solo segundo.
Y deseo,
que la mañana, se consuma,
que la tarde, vuele
y, que la noche, me ilumine.
Y se alarga tanto,
¡inquietante tardanza!
Una espera, que me ciega,
con sufrimiento
y, en este abismo,
fuertes,
¡mis lamentos!