Y, te invitaré,
con temperaturas
más templadas.
Entonces te llamaré,
y anidaré, con mi alma,
en tu corazón.
Y, mis secretos,
serán, tan tuyos, como míos.
Y, sin recelo,
aparecerás, sigiloso,
entre los barriles
de las bodegas de mi amor
y, entre los parajes verdes,
de mi esperanza.
Y, mi borrachera,
con el orujo de tu verbo,
enredos,
entre las rejas salvajes
de tu vida y de tu cuerpo,
amor mío.
Y te amaré,
yo,
seguramente, te amaré,
mi amor,
como nunca yo te amé…
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