¡Qué gran tristeza en mi
alma!
¡Qué mal día ha llegado!
Esta hecatombe
me ha paralizado.
Miles de supuestos hombres,
su maldad han demostrado,
con sus corazones malvados,
vilipendiado,
los derechos humanos.
Para ellos,
no somos iguales.
Con sus ideas racistas,
hacen distinciones,
entre los seres de este planeta.
¡Qué mal día ha llegado!
¡Algo de mi alma
me han arrancado!
Estos seres,
con malos antojos,
han destrozado
mi alma y la de tantos.
Después,
pedirán perdón,
a los ojos del Señor.
Y, Dios, está llorando,
como tantas veces llora.
Ellos, no lo escuchan
¡están sordos!
¡están ciegos!
¡sin conciencia!
Dios nos pide,
con fuerza,
¡que no seamos malvados!
¡que respetemos
los derechos humanos!
¡que no seamos inhumanos
depravados!
¡que amemos a nuestro prójimo!
¿A qué esperamos?
Dios,
¡nos lo ha enseñado!
Muy bueno, me ha recordado a los de Andalucía
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Gracias por tu apreciación riol. angel
Un abrazo.
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