Musas, musas del arte,
¿me acompañáis esta noche
a hablar con mi amante?
Dispuesta, en mi velero,
viajé por el mundo entero.
Busqué una joya,
hallé un secreto;
lo entregaré a mi amor,
lo colgaré de su cuello,
cerca de su corazón,
mi amuleto.
Y, tanto sufrimiento,
por fin, se me agota.
Admiro vuestra presencia,
musas… musas del cielo,
con vuestra gracia,
me lleno.
Os doy mi agradecimiento,
musas… musas del cielo.
Pingback: Musas (Número 149) – 🌎 Alquimia. Bellos poemas. Mercedes Merluna.