Después de algunos años
sin llorar,
hoy, mis lágrimas,
pasean
por mis mejillas.
Algunas, con su amargura,
agotan a mi corazón.
Otras. agotan
la intimidad de mi esencia.
Tu alejamiento,
rezagado,
sin explicaciones.
¡No me miras ni a la cara!
Sólo piensas,
en esa otra mujer,
a la que ahora tú amas.
Me acostumbré
a no verte más,
a que no me mires ni a la cara,
precisamente,
cosas del amor,
de tu desamor…
¡No me miras ni a la cara!
1 comentario en “Ni a la cara (Número 80)”