Ardo en el frío helado de tu cuerpo,
el número veintidós
en mi cabeza,
el siniestro, tu esperpento, tarifas, de un núcleo interno, fósforos, de cuerpos mansos, macerados ante los espantos, miércoles recreados,
cenizas de tu pelo blanco, alicates de tus manos, fraguadas,
en la piedra del mármol, hélices en tu corazón,
vueltas de satisfacción, andares de dolor,
tu cuerpo de un tipo extraño, desfasado, en un mundo raro, solitario entre vagones de lunas esotéricas
que se van perdiendo,
en una noche de luceros dormidos, con el pelo, derramando,
cráteres de miedo,
con metrallas en el suelo,
con amores desapareciendo, ventanas abiertas,
esperando al universo, muertos, desfallecidos, hirientes de camino,
alzando las voces al unísono, todos sin saber qué ha sido.
El amor, en estos días,
sin jactarse de un buen vino,
en los corredores de la muerte,
en un postigo,
caminante sin camino, enamorado de un solo destino, el pupitre vacío,
la estancia muda,
en este manicomio de mundo; tres por tres, te lo aseguro.M
Mercedes Luque Navarro
poemasdemercedes.com
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