Fábrica de la alquimia (Número 1.103)


Fanegas de agua con sal,

en la fábrica de la alquimia.

Bello horizonte,

fuerte mastodonte,

fungido,

con ataduras dictatoriales,

con cadenas de humanos,

dormidos,

entre columpios a trozos.

Paseantes, empedernidos,

con el fuego limpio y puro

de esteroides manifiestos.

Compras desde hace tiempo,

roces, en la roca perdida

de dicotomías, con palmeras secas,

ladeadas, entre sol y sombra.

Caldo caliente,

con manos sedosas

y, con piernas fuertes,

que someten, a la tierra,

cerrando, los ojos, sin brillo.

Liso el cabello, sin mieles,

lazos de colores, superpuestos.

Candeleros, en el aeropuerto,

sobrevuelo,

en un océano inmenso,

con el verde fosforito puesto

y, tomando, caracolas

para regarlas luego.

Dientes de marfil, en los ciruelos

y, sillas tiradas, en el puerto,

con el blanco aventurero.

Oropeles, en el horizonte

y, las luces, casi apagadas,

a ver qué se ve primero,

¿la tierra o el cielo?

Mercedes Luque Navarro

poemasdemercedes.com

😘😘😘😘

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