Sedación (Número 914)


En estos casi dos años

de grandes cambios,

en mi vida de «no princesa»

el llanto,

se amontona, sin tregua,

en las localidades primeras,

de mi gran escenario.

Las dos filas de delante,

se la pasan, llorando, al raso.

Las filas de detrás,

no se dan cuenta,

de los grandes detalles

y solo se fijan,

a grandes rasgos,

de lo mal,

que lo estoy pasando.

Las filas laterales,

aún recuerdan,

la mirada, desde otro ángulo

y, esperan, una tregua.

Los del gallinero

todo lo dan por perdido,

no quieren estar los primeros,

el mundo ya no es de ellos

apuestan, por una serie nueva

que los saque del atolladero,

que les alumbre a toda vela,

sin las toneladas de tormentas,

viscerales anacrónicas,

de un despuntado escenario,

que hace llorar,

hasta el más insensible,

de los desarmados.

Y fuera del llanto,

sedada, estoy yo,

a puertas de otro cambio,

¡ilusiones en mis manos!

¡carta blanca de mi amparo!

Una respuesta a “Sedación (Número 914)”

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