Mente traicionera,
el lagar de mi pensamiento,
se va, por donde,
yo, no quiero.
Mi celoso ego
¡me vuelve loca!
¡qué cabeza tan misteriosa!
Con unos palos,
le doy, palizas de fuego,
¡se levanta de nuevo!
¡no le faltan fuerzas!
¡no sé, de dónde, las saca!
Y, no me llega, la suerte,
para su destrucción.
Después, de tantos años conmigo,
me conoce muy bien,
¡seguro!
Yo, lucho y lucho,
¡pobre de mí!
¿Alguien sabe, el secreto,
para darle fin?
¿Alguien conoce su yugo?
Interpretaciones, contra él,
tengo muchas;
las sumo y las sumo
su presencia,
¡me vuelve loca!
¡quiero darle muerte!
¡expulsarlo de mi mente!
Y, pido ayuda,
desde el fondo de mi trino,
¡ayuda! ¡ayuda!
para librarme de él,
pues, me hace, sudar y sudar,
pues, me hace, pensar y pensar.
El martirio, en mi vida,
¡no termina! ¡no termina…!
¡Ayuda! ¡Ayuda!
(¡Auxilium! ¡Auxilium!)
😘😘😘😘
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Alquimia poemas andaluces. Mercedes Luque Navarro. 
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