Y, tú, tan amable,
me dices que soy, para ti,
sencilla y emotiva,
esa mujer especial
que, sin quererla,
jamás se olvida.
Y te busco,
en mi baúl de recuerdos,
como candidato
de mi corazón.
Y me sorprendo,
con la mala fortuna,
de tu amor invisible.
Y, encima, yo te protejo
en las marismas
de mi alma.
Y, te cuido,
durante toda mi vida…
Deja un comentario