Mis pies cansados,
desastre, de una vida,
con secuaces,
que me persiguen,
desde antaño,
por los perdidos caminos
de mi sino,
sobre las cálidas porciones,
de un terraplén infinito,
bajo las comisuras, indulgentes,
de mis labios,
de fresa y de caramelo,
besándote, hasta el alma
para luego, amar,
cada trozo de tu cuerpo
y, sentirme, una, contigo,
en las rafias sangrantes,
de una luna llena,
bajo las temperaturas gélidas.
Y, con mis manos,
deslizantes,
acabo, por acercarme,
a tu cuerpo soberano
y, a tu alma grande,
que me acoge,
en su regazo,
para hacer de mí,
una atmósfera pura
y, una diosa, en las nubes
de algodón, forradas,
de terciopelo rojo
y, de algo tuyo,
en las riberas de mi fuero.
Soleado cuerpo,
el tuyo, amor mío…
🥰🥰🥰