Los pájaros,
cada día, cantan más.
El hombre,
cada día, llora más.
El silencio, en las ciudades,
¡valioso sacrificio!
Los pueblos solitarios,
¡insondable abismo!
Este orden nuevo,
nos enseña,
que, ahí,
¡está la muerte!
¡cerca! ¡muy cerca!
¡que somos débiles!
¡más de lo que pensábamos!
Algunos,
entendemos el mensaje.
Otros, en cambio,
llenan sus cabezas,
¡con ansias de poder!
¡se creen perennes!
¡superhombres!
Los pájaros,
¡sí!
¡se han dado cuenta!
del gran error del hombre.
Los pájaros,
¡campan a sus anchas.
Los pájaros,
¡sí!
¡se han dado cuenta!
del gran error de la mujer.
Y, con sus cantos,
alegran la tierra.
Los pájaros,
¡sí!
¡se han dado cuenta!
Las nubes, llorosas,
los océanos, crujientes,
y, algunos humanos,
no entienden,
el mensaje del planeta.
¡Siguen en sus luchas!
¡Con su economía dura!
¡Con su economía pura!
¡No les importa el planeta!
¡No! ¡No les importa!
Las nubes, llorosas,
los océanos, crujientes,
los pájaros, cantan y cantan.
Y, la naturaleza,
nuestra maestra,
nos da una sabia lección.
¡No somos dueños de la tierra!
¡Qué confusos estábamos!
¡Somos sus visitantes!
¡Sus efímeros visitantes!
“Donum Dei”
Qué gran verdad hay en tu relato.
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Gracias Blanca por pasarte y comentar.
Un fuerte abrazo!!!
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