¡Qué vida la mía!
que venga Dios y la vea.
En la más sincera ceguera,
os cuento, lo que me vuelve loca.
Los trances de muerte,
¡han sido tantos!
han desvalijado mi corazón
como un escurridor,
¡seco me lo han dejado!
En mi dorada juventud,
un golpe ¡gran palo!
me dio la vida,
¡una vida, una muerte!
¡inentendible!
con aquellas pocas primaveras.
El pasado,
no se me ha olvidado,
sí se me ha neutralizado.
Dos años ante una esperanza nueva
mas otra muerte que llega,
en el desaliento,
de una pobre muchacha
que no verá más a este ser
que le forjó su vida.
El pasado no se me ha olvidado,
sí se me ha neutralizado.
Después de buenos años,
otra vez, una sorpresa mala
¡muy mala!
ingrata sorpresa,
me ataca, esta vez, por la espalda,
¡un señuelo muy malo!
marcas me deja.
El pasado no se me ha olvidado,
sí se me ha neutralizado
y, sin estar tranquila,
seguidamente, una muerte nueva
sin su espera,
me ha dejado tocada,
no hundida.
El presente me hace soñar,
en un futuro
mejor, el presente
me hace ser, mejor persona.
El futuro esperanzador,
el pasado no se me ha olvidado,
sí se me ha neutralizado.
No podemos desprender de la memoria los momentos donde hemos marcado nuestra presencia. La conciencia actúa como juez. Me da gusto leerte.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gran verdad macalder,
Un abrazo!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona