Miras a mis ojos
¿para qué?
yo, no soy de piedra
y, tú, me elevas,
con tu mirada secreta.
Me pones rebelde
te vas y, mi amor,
en espera,
con los milagros,
no se juega.
Y tu peor falta
que no te interesa mi mal;
¡irracional pena!
Y, encima,
tienes, la cara dura
de mirarme, fijamente,
para meterte, en mi alma,
como un cuchillo de hoja brava.
Y, menuda sorpresa,
tú me das.
Tú, me matas,
mi amor,
cada vez que, me miras,
con tu evanescencia.
😘😘🥰
1 comentario en “Piedra (Número 415)”