Ilusa por llegar a tu banquete,
al de tus sentimientos, sin mentiras,
pues hace tiempo que tú no me miras,
cuchillos en mi alma, un boquete.
Enmascarado en un soniquete,
sonámbulo con tu hilo de liras,
objetivo último de tus iras,
me clavas abismal tu estilete.
Y, por mi vibración, tu favorita
me regalas tu virginal espigo
en tu vida última e infinita.
Con tu mesurado filón me abrigo,
amarres de una forma exquisita,
con vítores y aplausos de tu trigo.
1 comentario en “Refugio (Número 104)”