El amor que te tengo
hierve
por todo mi cuerpo,
¡qué calor!
un volcán en erupción.
Esta lava caliente
achicharra mis raíces,
golpea, en mis carnes,
con fuerza bestial.
Y, con esta tensión,
pitidos en mis oídos,
en mis ojos, ceguera.
Y, justo ahora,
corro a decirte
que te amo.
Dame un abrazo
hasta que, mi potencia,
amor,
se detenga… de nuevo.
1 comentario en “Ceguera (Número 59)”