Y tu luz empuja
en mi puerta,
con la descarga
de un rayo
que me alumbra
y me da fuerza,
íntima sensación,
alegría y pasión.
Y tus tormentas
despiertan, una a una,
mis células
y a la felicidad
me llevan.
Y, sólo al verte,
los encantamientos
de tu tempestad
pueblan mi cuerpo
y me nutren con la fuerza
de tu albedrío
y me levantas mil palmos
del suelo para amarte,
¡qué dulce reto!
Y, sin embargo,
mi existencia me relega
a vivir sin ti,
amándote,
hasta más no poder.
Y, día a día,
sumida en un pétalo,
un pétalo…
de rosa negra
por no tenerte a mi vera.
Y me reinvento
con mi alma de poeta.
Hermosos pétalos convertidos en versos… y versos en rosas y rosas en poemas y encantamientos…
Precioso tu poema.
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Muchas gracias Pink,
me alegra que sientas pétalos, rosas, encantanientos. Un abrazo y buenos deseos.
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