Tu sangre (Número 35) Míriam Fotos Wabisabi


Como una gota

de tu lágrima,

derramada

en aquella tarde,

bochornosa, loca,

cuando yo

te traicioné.

Y, ahora,

tan distinta

de la de ayer;

vi que tu corazón,

por mí,

derramó gotas de sangre

y, sin decirme nada,

tú te abrazaste

a mi pecho,

llorando

encarecidamente

y, a mí,

me mordía

el remordimiento.

Y, en ese momento,

comprendí

el dolor de tu corazón,

tan enamorado.

Y, en ese momento,

comprendí

la traición

de un ser amado.

¡Juro

que viviré a tu lado!

¡Juro

no dejarte solo,

mi amor!

Mi traición,

¡no renacerá!

¡no, mi amor!

¡no renacerá!




A %d blogueros les gusta esto: