Parálisis
en mi cuerpo,
mi mente con sus vapores,
sigue allí, contigo,
en el extremo
de aquella mesa enorme;
esa mesa en la que, tú,
mirabas mis ojos,
fijamente,
para decirme
que tu amor. . . se acabó.
Yo, perdida,
sin control de mi dolor
y, la pena, en todo mi ser;
mis carnes inmóviles,
yacientes, por tu desamor.
Y, ahora, prefiero mirar
estos olivos
que me llevan
a un cielo abierto, solo para mí,
por todos los dioses
olivareros de mi selva.
1 comentario en “Olivar (Número 18) Míriam Fotos Wabisabi”